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martes, 9 de octubre de 2012
martes, 10 de julio de 2012
Cuadro comparativo entre las fases de la dinámica grupal, el paradigma ignaciano y los niveles de comunicación
Carrera: Counseling con orientación en logoterapia
Asignatura : Dinámica de grupos I 2do año
Alumnos : Lucía Urtubey; Rubén Strina
Asignatura : Dinámica de grupos I 2do año
Alumnos : Lucía Urtubey; Rubén Strina
El
presente trabajo pretende realizar un cuadro comparativo sin más pretensión que
mostrar las coincidencias en el itinerario de estas tres maneras de abordar la
realidad.
Fases
de la Dinámica de Grupos
1. Etapa de
rodeos: Desde el comienzo el coordinador o facilitador comunica a los
miembros que el grupo gozara de libertad y que él asumirá la responsabilidad de
la dirección. Esto produce confusión inicial, silencio y tensión.
Se puede observar
que no hay continuidad en la comunicación entre los miembros del grupo.
Ejemplo: “Todo parece apuntar a querer resolver: ¿Quién
indicará lo que hay que hacer? ¿Quién es responsable de nosotros? ¿Cuál es el
propósito del grupo?”
2. Resistencia a
la expresión o exploración personal: Se caracteriza por la resistencia a la
exploración personal para revelar su yo privado, mostrando el yo público por
falta de confianza en el grupo y el temor a desenmascararse. En el transcurso
de este periodo es probable que algunos individuos revelen actitudes bastantes
personales, esto tiende a provocar una reacción ambivalente en los demás
miembros.
Ejemplo: “Trato de parecer hábil, experto, sereno, sin
problemas. Si doy a conocer mis pensamientos revelarían un yo imperfecto. Mi yo
interior se caracteriza por muchas dudas. A veces siento mi yo interior carente
de valor”
3. Descripción
de sentimientos del pasado: Hacen
énfasis en los acontecimientos externos. Comienzan a expresar sus sentimientos
actuales pero los ubican en el pasado, como si no correspondieran al “aquí y
ahora” sino “allí y entonces”
Ejemplo: Cuando pierdo los estribos, la clase de persona
que desata mi ira es la que parece insensible hacia la gente. Tiene el poder de
irritarme, de despertar mi ira”
4. Expresión de
sentimientos negativos: Comienzan a aparecer sentimientos de censura y
enojo “aquí y ahora” hacia el facilitador o hacia otros miembros del grupo.
Ejemplo: Cuando
los miembros del grupo se presentaron con bastante lujo de detalles, una mujer
se negó y un integrante la atacó con vigor y airadamente por no colaborar, por
mantenerse a distancia y verse irrazonable”
5. Expresión y
exploración de material personalmente significativo: Es probable que algún
individuo se revele ante el grupo en forma significativa es indudable que esto
obedece a que ese miembro ha llegado a comprender que en parte este es su
grupo.
Esta exploración no
siempre constituye un proceso fácil.
Ejemplo: Cuando uno de los miembros del grupo comunica que
violó a su hermana, se produce la aceptación de unos y el rechazo de otros pero
reconoce que le duele hablar de eso pero que siente que debe hacerlo para no
cargar con la culpa el resto de su vida.
6. Expresión de
sentimientos interpersonales inmediatos dentro del grupo: En este momento
comienzan a expresarse sentimientos inmediatos que un miembro experimenta hacia
otro. A veces son positivos, otras negativos.
Ejemplo: “Me resultaste antipático desde el primer momento
que te vi”“Me gusta tu cordialidad y tu sonrisa”
7. Desarrollo en
el grupo de la capacidad de aliviar el dolor ajeno: Se observa como ciertos
miembros muestran una aptitud natural y espontánea para encarar el dolor y el
sufrimiento de los otros, en forma útil, facilitadora y terapéutica.
Ejemplo: Se cita el caso de un jefe de mantenimiento de
una fábrica al que los integrantes del grupo, en las primeras sesiones lo menospreciaban,
pero cuando comenzaron a expresar sus actitudes, él se destacó por su capacidad
de aceptación y comprensión. Tenía una actitud profundamente perceptiva y
facilitadora”
8. Aceptación de
sí mismo y comienzo del cambio: Los individuos se van aceptando más a si
mismo, se encuentran contentos tal y como son, con sus virtudes y con sus defectos.
Aceptan toda su experiencia como suya y cuando comienzan a cambiar.
Ejemplo: Un funcionario del gobierno que aparentaba ser un
hombre frío, retraído, amargo, resentido, cínico, en una de las sesiones
iniciales, al hablar de su esposa, uno de los miembros le preguntó “¿La
quiere?”. Luego de un silencio respondió que se preguntaba si había amado
alguna vez a alguien. En el transcurso de la sesiones fue expresando sus
sentimientos ante el dolor ajeno y al finalizar la semana meditó sobre nuevas
formas de tratar a su hijo adolescente al que había tratado, hasta entonces,
con mucho rigor.
9. Resquebrajamiento
de la fachada: Poco a poco van desapareciendo las máscaras. Con el correr
del tiempo al grupo le resulta intolerable que algún miembro viva detrás de una
mascara o apariencia social.
Ejemplo: A veces de manera amable o casi con brutalidad se
exige que el individuo sea el mismo, pero cuando ven que sufre y hasta parece
que va a llorar, lo tratan con cordialidad, lo que permite que pueda contar su
historia personal, que lo hubiera llevado a construir esa máscara.
10. El individuo
recibe realimentación: En este proceso de interactuar expresándose
libremente, el individuo recibe gran cantidad de datos acerca de cómo aparece
ante los demás.
Ejemplo: Un joven se siente muy poco querido y se lo
comunica al grupo diciendo que tampoco ellos le inspiran afecto. Cuando uno de
los miembros le propone descentrarse de sus sentimientos y que se distienda,
sintió como si amaneciera un nuevo día
11. Enfrentamiento:
En la realimentación hay momentos en que un individuo enfrenta al otro y
pareciera ser negativo, pero luego terminan reconciliándose, se hacen más tolerantes
y tolerables y terminan comprendiéndose.
Ejemplo: Ante la
actitud negativa de un miembro hacia otros, un tercero interviene y le comunica
su desaprobación en forma negativa.
12. La relación asistencial fuera de las
sesiones de grupo: Se observa la ayuda mutua que se brindan los miembros
del grupo fuera de las sesiones grupales. Cada uno es un co-terapeuta.
Ejemplo: Dos personas salen a conversar, uno de ellos ha
encontrado en la otra persona su
comprensión, apoyo experiencia y afecto
13. El encuentro
básico: Los individuos establecen entre sí un contacto mas íntimo y
directo es uno de los aspectos más
centrales intensos y generadores de cambio de la experiencia grupal.
En estas sesiones
grupales se produce con cierta frecuencia relaciones Yo-Tu.
Ejemplo: Una mujer “había enterrado bajo una capa de
hormigón muchos sentimientos”. Esperaba el taller grupal con sus últimas
migajas de esperanza en medio de la desesperación. Narra que sentía que no
había en el mundo un solo hombre que la quiera. Pero un día, ya en el grupo,
habiéndole dicho en broma a uno de los miembros que “nadie podía llorar apoyado
en tu hombro”, éste le rodeó sus hombros con el brazo y ese gesto fue un
verdadero punto crítico: alguien parecía interesarse en forma genuina por ella
y eso la hizo sentir abrumada. Recibió ese gesto como una de las primeras
manifestaciones de aceptación de su persona tal cual era, “así de estúpida, con
todas mis mañas. Me sentí necesitada, amante, competente furiosa, frenética,
pero sobre todo querida, sencillamente”, y le invadió “una ola de gratitud,
humildad y liberación”
14. Expresión de
sentimientos positivos y acercamiento mutuo: A medida que las sesiones se
suceden va creciendo la sensación de cordialidad y confianza y el espíritu de
grupo de brotan de una autenticidad que incluye sentimientos positivos y
negativos.
Ejemplo: Dos personas se encontraban discutiendo y la
coordinadora se puso a llorar, el grupo trata de comprenderla de saber que le
pasaba y que contaba con ellos.
15. Cambio de
conductas en el grupo: Los gestos se modifican, el tono de voz es más
espontáneo, menos impostado, más emotivo. Los miembros manifiestan una
asombrosa capacidad para brindarse mutua solicitud y asistencia.
Ejemplo: “Soy más franca y espontánea, más comprensiva,
empática y tolerante. Me expreso con mayor soltura. Me siento más segura. Mis
relaciones son sinceras y expreso en forma abierta mis sentimientos. Estoy muy
dispuesta a admitir mi ignorancia. Me muestro más jovial y ha aumentado mi
voluntad de ayudar a los demás”
Desventajas
La deficiencia más
obvia de la experiencia grupal intensiva es que, con frecuencia, los cambios de
conducta, si tienen lugar, no son perdurables.
El individuo puede
enfrascarse en la revelación de sí mismo y quedar con problemas sin elaborar
por completo. Hubo personas que necesitaron recurrir a un terapeuta para profundizar
los sentimientos que habían salido a la luz de la experiencia y permanecían sin
resolver.
Cuanto más positivo
es el desenvolvimiento del proceso grupal, menos probable es que al individuo
se le genere un daño psicológico.
Un frecuente efecto
posterior de la experiencia grupal intensiva es que pone al descubierto
tensiones que se han mantenido ocultas en los miembros del grupo.
A veces a provocada
verdadera inquietud en los laboratorios intensivos mixtos, el hecho de que
entre los miembros del grupo de encuentro pueden desarrollarse sentimientos muy
positivos, cálidos y afectuosos. Algunos poseen un inevitable componente
sexual, y si no se aclaran de manera satisfactoria en el laboratorio, pueden
crearles graves preocupaciones a los participantes y constituir una seria
amenaza para sus cónyuges.
Otro elemento
potencialmente negativo de los grupos de encuentro. Los individuos que ya han
participado en grupos de este tipo pueden ejercer una influencia anuladora en
los nuevos laboratorios a los que concurren.
Ventajas
La experiencia de
capacitación grupal intensiva surte efectos terapéuticos que son contundentes.
Los miembros
comprenden que sus problemas no son únicos.
Es una aproximación
eficaz para ayudar a los individuos a resolver sus problemas.
La interacción
entre sus miembros se considera la principal fuente de mejora y el trabajo del
facilitador es controlar y acompañar estas interacciones.
El tipo de cambio
que se observa con mayor frecuencia es que el individuo comienza a percibir su
mundo de una manera diferente. Las circunstancias pueden no variar apreciablemente
pero cambia su percepción de la situación y su conducta en las mismas.
Niveles
de comunicación
- Nivel
neutro: Son las relaciones secundarias, de imagen social a imagen
social. Ejemplo: médico-paciente, en que la mayoría de las veces nos
comunicamos superficialmente, hablamos de la enfermedad pero no vamos más
a fondo.
2.
Nivel exterior de la personalidad: Nos comunicamos
sobre nuestro entorno exterior, que no implica en nosotros ningún riesgo. En
este nivel se colocan nuestras conversaciones sobre el tiempo, la política, las
teorías, etc. En dichas conversaciones hacemos referencia a terceras personas,
no hablamos de nosotros sino de lo que dicen otros o de lo que sucede alrededor
nuestro.
3.
Niveles interiores: En este nivel ya tomamos parte
directamente. Los diálogos que entablamos afectan nuestra personalidad y
suponen alguna manifestación de nuestra intimidad. Podemos ir de menor a mayor
profundidad:
La periferia de
la intimidad: En este campo se colocan las comunicaciones sobre nuestras
experiencias de trabajo, nuestros intereses profesionales o personales,
nuestros gustos y actividades preferidas, nuestras relaciones familiares,
amistades, etc.
El centro de la
intimidad: Sería el campo de las vivencias, propiamente llamado.. Nuestro mundo
interior es mucho más rico y variable que el exterior, pero mucho más
difícilmente comunicable. Cada uno podría describirlo de la manera más diversa,
pero tal vez, de una u otra manera, las realidades vendrían a ser las
siguientes:
-Los sentimientos y las emociones: Lo que sentimos sobre los
otros, los acontecimientos y nosotros mismos.
-Los valores: ¿Cómo valoramos al mundo y a las personas? ¿Cuál es,
en definitiva, nuestra jerarquía de valores?
-Las experiencias vitales: Son nuestra historia íntima con sus
éxitos y fracasos, nuestros deseos y esperanzas; lo que esperamos de la vida y
los planes que nos hemos forjado sobre nuestro futuro.
-Nuestras actitudes de vida: ¿Qué posiciones íntimas hemos tomado
ante la vida? ¿Cuáles son nuestras actitudes fundamentales frente a la vida que
definen nuestra personalidad y que explican el por qué de nuestras relaciones?
Paradigma Ignaciano
1. CONTEXTUALIZAR LA REALIDAD
Es poner el tema,
el hecho y sus protagonistas en su realidad, en sus circunstancias. La
contextualización consiste en situar en su circunstancia al sujeto y a aquel
aspecto de la realidad que se quiere experimentar, conocer, apropiar y
trasformar.
2. EXPERIMENTAR
Enfrentado el
propio contexto —“La vera historia”— San Ignacio invita a que quien se
ejercita “sienta internamente” lo que
ve, mira, contempla. Esto lleva a experimentar, a sentir tristeza, vergüenza,
confusión ante el mal; gozo, impulso para entender dónde y por qué se
experimenta eso; deseo de seguir adelante; anhelo de encontrar cómo salir de
tal situación o cómo responder ante tanto bien recibido.
La experiencia, en
este sentido, es la apertura radical del sujeto a toda la realidad.
3. REFLEXIONAR
Este tercer
elemento del Paradigma es el que más propiamente recoge la actividad
intelectual. Es el lugar en que se da la apropiación y por ende su
humanización. En los Ejercicios, este paso se designa como Reflectir.
4. ACCIÓN
El proceso que
vamos describiendo quedaría truncado si terminara en el entendimiento, la
verificación y el juicio crítico sobre la materia o experiencia estudiada. El
aporte decisivo de la
Pedagogía Ignaciana consiste en desafiar a la persona a dar
un paso más: asumir una postura personal frente a la verdad descubierta,
revelada o construida y a actuar en coherencia con ella.
5- EVALUACIÓN
Por evaluación se
entiende una revisión de la totalidad del proceso pedagógico seguido a lo largo
de cada uno de los pasos del Paradigma, para verificar y ponderar en qué medida
se han realizado fiel y eficientemente y, por otra parte, en qué grado se han
obtenido los objetivos perseguidos, en términos de cambio y trasformación
personal, institucional y social.
La evaluación, por lo tanto tiene en
consideración necesariamente dos aspectos
1. Revisión de procesos
2. Ponderación y pertinencia de
resultados.
Paradigma Ignaciano
|
Fases de la dinámica grupal
|
Niveles de comunicación
|
|
contexto
|
1-
Etapa de
rodeos
2-
Resistencia a
la exploración o exploración personal
3-Descripción de sentimientos del pasado
|
Nivel
neutro
Nivel
exterior de la personalidad
|
|
experiencia
|
1-
Expresión de
sentimientos negativos
|
Periferia de la intimidad
|
|
reflexión
|
1-
Expresión y
exploración del material significativo
2-
Expresión de sentimientos
interpersonales inmediatos
3-
Desarrollo de la capacitación de aliviar el dolor
ajeno
4-
Aceptación de
si mismo y comienzo del cambio
|
Centro de la intimidad.
Se
comienzan a compartir vivencias significativas
|
|
acción
|
1-
Resquebrajamiento
de las fachadas
2-
El individuo
recibe retroalimentación
3-
Enfrentamiento
4-
La relación
asistencial fuera de las sesiones del grupo
5-
Encuentro
básico
6-
Expresión de
sentimientos positivos y acercamiento mutuo
|
Centro de la intimidad
Se
comparten sentimientos y valores. Alto
grado de exposición personal y solidaridad
|
|
evaluación
|
1-
Seguimiento de los cambios de conducta
iniciados en el grupo.
|
||
miércoles, 23 de mayo de 2012
SOBRE LA SEGURIDAD
por Rubén Strina sj
Segundo año
Carrera : Counseling con orientación en logoterapia
Cátedra: Piscología evolutiva
Toda
vez que se habla de las necesidades
básicas de los niños, escuchamos las palabras "lo que necesitan es
seguridad". A veces nos parece una afirmación sensata y otras,
experimentamos algunas dudas.
¿Qué significa la palabra
"seguridad"?
Los padres sobreprotectores despiertan
angustia en sus hijos, y los que no son confiables los confunden y atemorizan.
Así, es posible que los padres proporcionen excesiva seguridad y, por otro
lado, sabemos que los niños realmente necesitan sentirse seguros. ¿Cómo podemos
aclarar este problema?
Los
padres que logran mantener un hogar unido, proporcionan de hecho algo que es de
inmensa importancia para sus hijos, y, naturalmente, cuando aquéllos se separan
los hijos sufren las consecuencias. Pero si se nos dice simplemente que los
niños necesitan seguridad, sentimos que algo falta en esa afirmación. Los niños
encuentran en la seguridad una especie de desafío, un desafío que los lleva a
demostrar que pueden escapar. Llevada a su extremo la afirmación de que la
seguridad es algo bueno implicaría que una prisión es un buen lugar donde
crecer, lo cual es absurdo. Desde luego, la libertad del espíritu puede
conservarse en cualquier parte, incluso en una prisión. Esto es, que la
sujeción física no es lo único que debe tenerse en cuenta. Pero las personas
deben vivir con libertad a fin de vivir con imaginación. La libertad es un
elemento esencial, algo que permite a las personas desarrollar lo mejor que hay
en ellas; sin embargo, debemos admitir que hay individuos que no pueden vivir
en libertad porque experimentan temor con respecto a sí mismos y al mundo. Para
esclarecer estas ideas, pienso que debemos considerar al niño, al adolescente y
al adulto, y seguir la evolución, no sólo
de las personas individuales, sino también de lo que ellas necesitan del medio
a medida que crecen. Sin duda, es un signo de crecimiento sano el que los
niños comiencen a poder disfrutar de la libertad que se les va otorgando
gradualmente. ¿Cuál es nuestra meta en la educación de los niños?
Confiamos en que cada uno de ellos adquirirá gradualmente una
sensación de seguridad, y en que en su interior se establezca una creencia en
algo, algo que no sólo es bueno, sino también confiable y durable, o que puede
recuperarse aún después de que ha sido dañado o se ha extinguido.
La
pregunta es: ¿cómo se produce este desarrollo de un sentimiento de seguridad?
¿Qué lleva a ese estado satisfactorio de cosas en que el niño tiene confianza
en las personas y las cosas que lo rodean? ¿Qué trae corno consecuencia esa
cualidad que llamarnos autoconfianza? ¿Lo importante aquí es un factor innato o
personal o bien la enseñanza moral? ¿Es necesario predicar con el ejemplo? ¿El
medio debe proporcionar lo necesario para producir el efecto deseado?
Podríamos
examinar las etapas del desarrollo emocional por la que cada niño debe pasar a
fin de convertirse en una persona sana y, eventualmente, adulta, y, de paso,
referirnos a los procesos innatos del crecimiento y a la forma, necesariamente
muy compleja, en que los seres humanos se vuelven personas por derecho propio.
Con
todo, quisiera considerar aquí la provisión del medio, nuestro propio papel y
el de la sociedad con respecto a nosotros.
El
medio es el que permite que cada niño crezca, pues, si no es confiable, el
crecimiento personal no puede tener lugar, o bien resulta distorsionado.
Además,
y dado que no hay dos niños que sean exactamente iguales, debemos adaptarnos
específicamente a las necesidades de cada uno. Ello significa que quien tenga a su cuidado una criatura debe
conocerla y actuar sobre la base de una relación personal y viva con ella, y no
basándose en lo que ha aprendido y aplicándolo en forma mecánica.
Por el hecho de estar presentes, confiables y congruentes,
proporcionamos una estabilidad que no es rígida, sino viva y humana y eso hace
que el niño se sienta seguro, y pueda crecer. Este es el tipo de relación que
puede absorber e imitar.
Cuando
ofrecemos seguridad hacemos dos cosas a la vez.
A)
Por un lado, y
gracias a nuestra ayuda, el niño está a salvo de lo inesperado, de innumerables
intrusiones desagradables y de un mundo que no conoce ni comprende,
B)
Por otro, lo
protegemos de sus propios impulsos y de los efectos de esos impulsos.
Es innecesario señalar que los niños muy pequeños
no pueden prescindir de nuestros cuidados ni manejarse por su cuenta. Necesitan
que los sostengan, que los lleven de un lado a otro, que los laven, los
alimenten, los mantengan a la temperatura adecuada y los protejan de las
corrientes de aire y los golpes. Necesitan
que alguien haga frente a sus impulsos y nos necesitan para que su
espontaneidad tenga sentido. En esta
temprana etapa las cosas no son muy difíciles porque, en la mayoría de los
casos, el niño cuenta con una
madre que, durante un tiempo, se ocupa casi exclusivamente de las necesidades
de su hijo. Durante este período el
niño está protegido. Cuando una madre tiene éxito en esta etapa, el resultado
puede ser un niño cuyas dificultades
corresponden realmente a la vida y a los conflictos inherentes a los
sentimientos vivos, y no a los choques con el mundo. Así, en la mayoría de
las circunstancias satisfactorias, en la seguridad del cuidado que se le
proporciona al niño, éste comienza a llevar una vida personal e individual.
Muy pronto
los niños empiezan a defenderse de la inseguridad, pero durante las primeras
semanas y meses, están muy débilmente establecidos como personas y, si carecen
de apoyo, los factores adversos distorsionan su desarrollo. El niño que ha conocido la seguridad en
esa temprana infancia comienza a abrigar la expectativa de que no "le
fallarán". Frustraciones, sí, eso
es inevitable, pero que le fallen, eso no.
Lo
que nos interesa aquí es qué ocurre cuando se establece en el niño un
sentimiento de seguridad. Pienso que se
inicia entonces una prolongada lucha contra la seguridad, esto es, la que
proporciona el medio. Después del período inicial de protección, la madre
permite gradualmente que el mundo haga su aparición, y el niño pequeño
aprovecha ahora cada nueva oportunidad para la libre expresión y la acción
impulsiva. Esta guerra contra la
seguridad y los controles continúa durante toda la infancia, a pesar de lo cual
los controles siguen siendo necesarios. Los padres siguen estando listos con
sus medidas disciplinarias, con sus muros de piedra y sus barrotes de hierro,
pero, en la medida en que saben cómo es cada uno de sus hijos y les preocupa su
evolución como personas, aceptan de buen grado el desafío de los niños.
Continúan actuando como custodios de la paz, pero saben que habrá desobediencia
e incluso revolución. Por fortuna, en la mayoría de los casos tanto los niños
como los padres encuentran algún alivio para esta situación en la esfera de la
imaginación y el juego, y a través de las experiencias culturales. Con el
correr del tiempo, y si son sanos, los niños se vuelven capaces de conservar un
sentimiento de seguridad frente al peligro manifiesto, como sucede cuando un
progenitor se enferma o muere, cuando alguien se comporta mal o cuando un hogar
se desintegra por un motivo o por otro.
LA NECESIDAD DE PONER A
PRUEBA LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD
Los niños
necesitan comprobar constantemente si pueden seguir confiando en sus padres, y estas pruebas continúan a veces hasta que los
niños ya están en condiciones de ofrecer protección a sus propios hijos, y aun
después. Los adolescentes, en particular, ponen a prueba todas las medidas de
seguridad y todas las reglas y reglamentos. Así, habitualmente sucede que los
niños aceptan la seguridad como un supuesto básico; creen en el cuidado paterno
y materno porque lo han conocido. Abrigan
un sentimiento de seguridad que se ve continuamente reforzado por las pruebas a
que someten a sus padres y a sus
familias, a sus maestros y amigos, y a todas las personas que conocen. Habiendo comprobado que llaves y cerrojos
están realmente echados, proceden a forzarlos. Lo hacen una y otra vez, o bien se quedan acurrucados en la cama,
escuchando discos con canciones tristes y sintiéndose totalmente inútiles.
¿Por qué los adolescentes
en particular hacen estas pruebas?
Ello parece
deberse sobre todo a que experimentan sentimientos intensos y atemorizantemente
nuevos, y quieren estar seguros de que los controles externos no han
desaparecido. Pero, al mismo tiempo, deben demostrarse que pueden .liberarse de
esos controles y afirmarse como individuos.
Los niños sanos necesitan
a su alrededor personas que sigan conservando el control, pero deben ser
personas hacia las que sea posible experimentar
amor y odio, rebeldía y dependencia; los controles mecánicos resultan inútiles, y
el temor nunca es un buen motivo para la obediencia. Siempre
es la relación viva entre las personas lo que permite el verdadero crecimiento, el cual gradualmente, con el correr del tiempo,
hace que el niño o el adolescente adquiera un sentido adulto de la
responsabilidad, sobre todo en lo concerniente a proporcionar seguridad a los
niños de la nueva generación.
Esto es lo que
hacen los artistas creadores de todo tipo.
Cumplen una función muy valiosa para nosotros, porque crean( valores creativos)
constantemente nuevas formas y las
abandonan, pero sólo para crear otras nuevas. Los artistas nos permiten
mantenernos vivos, cuando las experiencias de la vida real amenazan con
destruir nuestra sensación de estar vivos y de ser reales. Más que cualquier
otro individuo, el artista nos recuerda que la lucha entre nuestros impulsos y
el sentimiento de seguridad, ambos vitales para nosotros, es una lucha eterna
que tiene lugar en el interior de cada uno de nosotros mientras alienta la vida.
Así, pues, los
niños sanos desarrollan suficiente confianza en sí mismos y en las otras
personas como para odiar los controles externos de todo tipo, pues ahora éstos
se han transformado en autocontrol. En
tales circunstancias, el conflicto se resuelve por anticipado dentro de la
persona.
Por consiguiente, esta es mi manera de ver las cosas: las
circunstancias favorables en las etapas
tempranas conducen a un sentimiento de seguridad, y éste, al autocontrol
que, cuando se constituye en un hecho, hace que la seguridad impuesta sea un
insulto.
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