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martes, 10 de julio de 2012

Cuadro comparativo entre las fases de la dinámica grupal, el paradigma ignaciano y los niveles de comunicación

Carrera: Counseling con orientación en logoterapia
Asignatura : Dinámica de grupos I   2do año
Alumnos : Lucía Urtubey;  Rubén Strina

El presente trabajo pretende realizar un cuadro comparativo sin más pretensión que mostrar las coincidencias en el itinerario de estas tres maneras de abordar la realidad.

Fases de la Dinámica de Grupos
1. Etapa de rodeos: Desde el comienzo el coordinador o facilitador comunica a los miembros que el grupo gozara de libertad y que él asumirá la responsabilidad de la dirección. Esto produce confusión inicial, silencio y tensión.
Se puede observar que no hay continuidad en la comunicación entre los miembros del grupo.
Ejemplo: “Todo parece apuntar a querer resolver: ¿Quién indicará lo que hay que hacer? ¿Quién es responsable de nosotros? ¿Cuál es el propósito del grupo?”
2. Resistencia a la expresión o exploración personal: Se caracteriza por la resistencia a la exploración personal para revelar su yo privado, mostrando el yo público por falta de confianza en el grupo y el temor a desenmascararse. En el transcurso de este periodo es probable que algunos individuos revelen actitudes bastantes personales, esto tiende a provocar una reacción ambivalente en los demás miembros.
Ejemplo: “Trato de parecer hábil, experto, sereno, sin problemas. Si doy a conocer mis pensamientos revelarían un yo imperfecto. Mi yo interior se caracteriza por muchas dudas. A veces siento mi yo interior carente de valor”
3. Descripción de sentimientos del pasado: Hacen énfasis en los acontecimientos externos. Comienzan a expresar sus sentimientos actuales pero los ubican en el pasado, como si no correspondieran al “aquí y ahora” sino “allí y entonces”
Ejemplo: Cuando pierdo los estribos, la clase de persona que desata mi ira es la que parece insensible hacia la gente. Tiene el poder de irritarme, de despertar mi ira”
4. Expresión de sentimientos negativos: Comienzan a aparecer sentimientos de censura y enojo “aquí y ahora” hacia el facilitador o hacia otros miembros del grupo.
Ejemplo: Cuando los miembros del grupo se presentaron con bastante lujo de detalles, una mujer se negó y un integrante la atacó con vigor y airadamente por no colaborar, por mantenerse a distancia y verse irrazonable”
5. Expresión y exploración de material personalmente significativo: Es probable que algún individuo se revele ante el grupo en forma significativa es indudable que esto obedece a que ese miembro ha llegado a comprender que en parte este es su grupo.
Esta exploración no siempre constituye un proceso fácil.
Ejemplo: Cuando uno de los miembros del grupo comunica que violó a su hermana, se produce la aceptación de unos y el rechazo de otros pero reconoce que le duele hablar de eso pero que siente que debe hacerlo para no cargar con la culpa el resto de su vida.
6. Expresión de sentimientos interpersonales inmediatos dentro del grupo: En este momento comienzan a expresarse sentimientos inmediatos que un miembro experimenta hacia otro. A veces son positivos, otras negativos.
Ejemplo: “Me resultaste antipático desde el primer momento que te vi”“Me gusta tu cordialidad y tu sonrisa”
7. Desarrollo en el grupo de la capacidad de aliviar el dolor ajeno: Se observa como ciertos miembros muestran una aptitud natural y espontánea para encarar el dolor y el sufrimiento de los otros, en forma útil, facilitadora y terapéutica.
Ejemplo: Se cita el caso de un jefe de mantenimiento de una fábrica al que los integrantes del grupo, en las primeras sesiones lo menospreciaban, pero cuando comenzaron a expresar sus actitudes, él se destacó por su capacidad de aceptación y comprensión. Tenía una actitud profundamente perceptiva y facilitadora”
8. Aceptación de sí mismo y comienzo del cambio: Los individuos se van aceptando más a si mismo, se encuentran contentos tal y como son, con sus virtudes y con sus defectos. Aceptan toda su experiencia como suya y cuando comienzan a cambiar.
Ejemplo: Un funcionario del gobierno que aparentaba ser un hombre frío, retraído, amargo, resentido, cínico, en una de las sesiones iniciales, al hablar de su esposa, uno de los miembros le preguntó “¿La quiere?”. Luego de un silencio respondió que se preguntaba si había amado alguna vez a alguien. En el transcurso de la sesiones fue expresando sus sentimientos ante el dolor ajeno y al finalizar la semana meditó sobre nuevas formas de tratar a su hijo adolescente al que había tratado, hasta entonces, con mucho rigor.
9. Resquebrajamiento de la fachada: Poco a poco van desapareciendo las máscaras. Con el correr del tiempo al grupo le resulta intolerable que algún miembro viva detrás de una mascara o apariencia social.
Ejemplo: A veces de manera amable o casi con brutalidad se exige que el individuo sea el mismo, pero cuando ven que sufre y hasta parece que va a llorar, lo tratan con cordialidad, lo que permite que pueda contar su historia personal, que lo hubiera llevado a construir esa máscara.
10. El individuo recibe realimentación: En este proceso de interactuar expresándose libremente, el individuo recibe gran cantidad de datos acerca de cómo aparece ante los demás.
Ejemplo: Un joven se siente muy poco querido y se lo comunica al grupo diciendo que tampoco ellos le inspiran afecto. Cuando uno de los miembros le propone descentrarse de sus sentimientos y que se distienda, sintió como si amaneciera un nuevo día
11. Enfrentamiento: En la realimentación hay momentos en que un individuo enfrenta al otro y pareciera ser negativo, pero luego terminan reconciliándose, se hacen más tolerantes y tolerables y terminan comprendiéndose.
Ejemplo: Ante la actitud negativa de un miembro hacia otros, un tercero interviene y le comunica su desaprobación en forma negativa.
12.  La relación asistencial fuera de las sesiones de grupo: Se observa la ayuda mutua que se brindan los miembros del grupo fuera de las sesiones grupales. Cada uno es un co-terapeuta.
Ejemplo: Dos personas salen a conversar, uno de ellos ha encontrado en la otra persona  su comprensión, apoyo experiencia y afecto
13. El encuentro básico: Los individuos establecen entre sí un contacto mas íntimo y directo  es uno de los aspectos más centrales intensos y generadores de cambio de la experiencia grupal.
En estas sesiones grupales se produce con cierta frecuencia relaciones Yo-Tu.
Ejemplo: Una mujer “había enterrado bajo una capa de hormigón muchos sentimientos”. Esperaba el taller grupal con sus últimas migajas de esperanza en medio de la desesperación. Narra que sentía que no había en el mundo un solo hombre que la quiera. Pero un día, ya en el grupo, habiéndole dicho en broma a uno de los miembros que “nadie podía llorar apoyado en tu hombro”, éste le rodeó sus hombros con el brazo y ese gesto fue un verdadero punto crítico: alguien parecía interesarse en forma genuina por ella y eso la hizo sentir abrumada. Recibió ese gesto como una de las primeras manifestaciones de aceptación de su persona tal cual era, “así de estúpida, con todas mis mañas. Me sentí necesitada, amante, competente furiosa, frenética, pero sobre todo querida, sencillamente”, y le invadió “una ola de gratitud, humildad y liberación”
14. Expresión de sentimientos positivos y acercamiento mutuo: A medida que las sesiones se suceden va creciendo la sensación de cordialidad y confianza y el espíritu de grupo de brotan de una autenticidad que incluye sentimientos positivos y negativos.
Ejemplo: Dos personas se encontraban discutiendo y la coordinadora se puso a llorar, el grupo trata de comprenderla de saber que le pasaba y que contaba con ellos.
15. Cambio de conductas en el grupo: Los gestos se modifican, el tono de voz es más espontáneo, menos impostado, más emotivo. Los miembros manifiestan una asombrosa capacidad para brindarse mutua solicitud y asistencia.
Ejemplo: “Soy más franca y espontánea, más comprensiva, empática y tolerante. Me expreso con mayor soltura. Me siento más segura. Mis relaciones son sinceras y expreso en forma abierta mis sentimientos. Estoy muy dispuesta a admitir mi ignorancia. Me muestro más jovial y ha aumentado mi voluntad de ayudar a los demás”

Desventajas
La deficiencia más obvia de la experiencia grupal intensiva es que, con frecuencia, los cambios de conducta, si tienen lugar, no son perdurables.
El individuo puede enfrascarse en la revelación de sí mismo y quedar con problemas sin elaborar por completo. Hubo personas que necesitaron recurrir a un terapeuta para profundizar los sentimientos que habían salido a la luz de la experiencia y permanecían sin resolver.
Cuanto más positivo es el desenvolvimiento del proceso grupal, menos probable es que al individuo se le genere un daño psicológico.
Un frecuente efecto posterior de la experiencia grupal intensiva es que pone al descubierto tensiones que se han mantenido ocultas en los miembros del grupo.
A veces a provocada verdadera inquietud en los laboratorios intensivos mixtos, el hecho de que entre los miembros del grupo de encuentro pueden desarrollarse sentimientos muy positivos, cálidos y afectuosos. Algunos poseen un inevitable componente sexual, y si no se aclaran de manera satisfactoria en el laboratorio, pueden crearles graves preocupaciones a los participantes y constituir una seria amenaza para sus cónyuges.
Otro elemento potencialmente negativo de los grupos de encuentro. Los individuos que ya han participado en grupos de este tipo pueden ejercer una influencia anuladora en los nuevos laboratorios a los que concurren.
Ventajas
La experiencia de capacitación grupal intensiva surte efectos terapéuticos que son contundentes.
Los miembros comprenden que sus problemas no son únicos.
Es una aproximación eficaz para ayudar a los individuos a resolver sus problemas.
La interacción entre sus miembros se considera la principal fuente de mejora y el trabajo del facilitador es controlar y acompañar estas interacciones.
El tipo de cambio que se observa con mayor frecuencia es que el individuo comienza a percibir su mundo de una manera diferente. Las circunstancias pueden no variar apreciablemente pero cambia su percepción de la situación y su conducta en las mismas.


Niveles de comunicación

  1. Nivel neutro: Son las relaciones secundarias, de imagen social a imagen social. Ejemplo: médico-paciente, en que la mayoría de las veces nos comunicamos superficialmente, hablamos de la enfermedad pero no vamos más a fondo.
2.       Nivel exterior de la personalidad: Nos comunicamos sobre nuestro entorno exterior, que no implica en nosotros ningún riesgo. En este nivel se colocan nuestras conversaciones sobre el tiempo, la política, las teorías, etc. En dichas conversaciones hacemos referencia a terceras personas, no hablamos de nosotros sino de lo que dicen otros o de lo que sucede alrededor nuestro.
3.       Niveles interiores: En este nivel ya tomamos parte directamente. Los diálogos que entablamos afectan nuestra personalidad y suponen alguna manifestación de nuestra intimidad. Podemos ir de menor a mayor profundidad:

􀀀 La periferia de la intimidad: En este campo se colocan las comunicaciones sobre nuestras experiencias de trabajo, nuestros intereses profesionales o personales, nuestros gustos y actividades preferidas, nuestras relaciones familiares, amistades, etc.
􀀀 El centro de la intimidad: Sería el campo de las vivencias, propiamente llamado.. Nuestro mundo interior es mucho más rico y variable que el exterior, pero mucho más difícilmente comunicable. Cada uno podría describirlo de la manera más diversa, pero tal vez, de una u otra manera, las realidades vendrían a ser las siguientes:
-Los sentimientos y las emociones: Lo que sentimos sobre los otros, los acontecimientos y nosotros mismos.
-Los valores: ¿Cómo valoramos al mundo y a las personas? ¿Cuál es, en definitiva, nuestra jerarquía de valores?
-Las experiencias vitales: Son nuestra historia íntima con sus éxitos y fracasos, nuestros deseos y esperanzas; lo que esperamos de la vida y los planes que nos hemos forjado sobre nuestro futuro.
-Nuestras actitudes de vida: ¿Qué posiciones íntimas hemos tomado ante la vida? ¿Cuáles son nuestras actitudes fundamentales frente a la vida que definen nuestra personalidad y que explican el por qué de nuestras relaciones?

Paradigma Ignaciano
1. CONTEXTUALIZAR LA REALIDAD
Es poner el tema, el hecho y sus protagonistas en su realidad, en sus circunstancias. La contextualización consiste en situar en su circunstancia al sujeto y a aquel aspecto de la realidad que se quiere experimentar, conocer, apropiar y trasformar.
2. EXPERIMENTAR
Enfrentado el propio contexto —“La vera historia”— San Ignacio invita a que quien se ejercita  “sienta internamente” lo que ve, mira, contempla. Esto lleva a experimentar, a sentir tristeza, vergüenza, confusión ante el mal; gozo, impulso para entender dónde y por qué se experimenta eso; deseo de seguir adelante; anhelo de encontrar cómo salir de tal situación o cómo responder ante tanto bien recibido.
La experiencia, en este sentido, es la apertura radical del sujeto a toda la realidad.

3. REFLEXIONAR
Este tercer elemento del Paradigma es el que más propiamente recoge la actividad intelectual. Es el lugar en que se da la apropiación y por ende su humanización. En los Ejercicios, este paso se designa como Reflectir. 

4. ACCIÓN
El proceso que vamos describiendo quedaría truncado si terminara en el entendimiento, la verificación y el juicio crítico sobre la materia o experiencia estudiada. El aporte decisivo de la Pedagogía Ignaciana consiste en desafiar a la persona a dar un paso más: asumir una postura personal frente a la verdad descubierta, revelada o construida y a actuar en coherencia con ella.
5- EVALUACIÓN
Por evaluación se entiende una revisión de la totalidad del proceso pedagógico seguido a lo largo de cada uno de los pasos del Paradigma, para verificar y ponderar en qué medida se han realizado fiel y eficientemente y, por otra parte, en qué grado se han obtenido los objetivos perseguidos, en términos de cambio y trasformación personal, institucional y social.
La evaluación, por lo tanto tiene en consideración necesariamente dos aspectos
1. Revisión de procesos 
2. Ponderación y pertinencia de resultados.
Paradigma Ignaciano
Fases de la dinámica grupal
Niveles de comunicación


contexto
1-     Etapa de rodeos
2-     Resistencia a la exploración o exploración personal
3-Descripción de sentimientos del pasado



Nivel neutro
Nivel exterior de la personalidad
 experiencia
1-     Expresión de sentimientos negativos

Periferia de la intimidad




reflexión

1-     Expresión y exploración del material significativo
2-     Expresión de sentimientos interpersonales inmediatos
3-     Desarrollo de la capacitación de aliviar el dolor ajeno
4-     Aceptación de si mismo y comienzo del cambio





Centro de la intimidad.
Se comienzan a compartir vivencias significativas




acción
1-     Resquebrajamiento de las fachadas
2-     El individuo recibe retroalimentación
3-     Enfrentamiento
4-     La relación asistencial fuera de las sesiones del grupo
5-     Encuentro básico
6-     Expresión de sentimientos positivos y acercamiento mutuo




Centro de la intimidad
Se comparten sentimientos  y valores. Alto grado de exposición personal y solidaridad

evaluación
1-     Seguimiento de los cambios de conducta iniciados en el grupo.




miércoles, 23 de mayo de 2012

SOBRE LA SEGURIDAD

por Rubén Strina sj
Segundo año

Carrera : Counseling con orientación en logoterapia
Cátedra: Piscología evolutiva

Toda  vez que se habla de las necesidades básicas de los niños, escuchamos las palabras "lo que necesitan es seguridad". A veces nos parece una afirmación sensata y otras, experimentamos algunas dudas.
 ¿Qué significa la palabra "seguridad"?
 Los padres sobreprotectores despiertan angustia en sus hijos, y los que no son confiables los confunden y atemorizan. Así, es posible que los padres proporcionen excesiva seguridad y, por otro lado, sabemos que los niños realmente necesitan sentirse seguros. ¿Cómo podemos aclarar este problema?
Los padres que logran mantener un hogar unido, proporcionan de hecho algo que es de inmensa importancia para sus hijos, y, naturalmente, cuando aquéllos se separan los hijos sufren las consecuencias. Pero si se nos dice simplemente que los niños necesitan seguridad, sentimos que algo falta en esa afirmación. Los niños encuentran en la seguridad una especie de desafío, un desafío que los lleva a demostrar que pueden escapar. Llevada a su extremo la afirmación de que la seguridad es algo bueno implicaría que una prisión es un buen lugar donde crecer, lo cual es absurdo. Desde luego, la libertad del espíritu puede conservarse en cualquier parte, incluso en una prisión. Esto es, que la sujeción física no es lo único que debe tenerse en cuenta. Pero las personas deben vivir con libertad a fin de vivir con imaginación. La libertad es un elemento esencial, algo que permite a las personas desarrollar lo mejor que hay en ellas; sin embargo, debemos admitir que hay individuos que no pueden vivir en libertad porque experimentan temor con respecto a sí mismos y al mundo. Para esclarecer estas ideas, pienso que debemos considerar al niño, al adolescente y al adulto, y seguir la evolución, no sólo de las personas individuales, sino también de lo que ellas necesitan del medio a medida que crecen. Sin duda, es un signo de crecimiento sano el que los niños comiencen a poder disfrutar de la libertad que se les va otorgando gradualmente. ¿Cuál es nuestra meta en la educación de los niños?
Confiamos en que cada uno de ellos adquirirá gradualmente una sensación de seguridad, y en que en su interior se establezca una creencia en algo, algo que no sólo es bueno, sino también confiable y durable, o que puede recuperarse aún después de que ha sido dañado o se ha extinguido.
La pregunta es: ¿cómo se produce este desarrollo de un sentimiento de seguridad? ¿Qué lleva a ese estado satisfactorio de cosas en que el niño tiene confianza en las personas y las cosas que lo rodean? ¿Qué trae corno consecuencia esa cualidad que llamarnos autoconfianza? ¿Lo importante aquí es un factor innato o personal o bien la enseñanza moral? ¿Es necesario predicar con el ejemplo? ¿El medio debe proporcionar lo necesario para producir el efecto deseado?
Podríamos examinar las etapas del desarrollo emocional por la que cada niño debe pasar a fin de convertirse en una persona sana y, eventualmente, adulta, y, de paso, referirnos a los procesos innatos del crecimiento y a la forma, necesariamente muy compleja, en que los seres humanos se vuelven personas por derecho propio.
Con todo, quisiera considerar aquí la provisión del medio, nuestro propio papel y el de la sociedad con respecto a nosotros.
El medio es el que permite que cada niño crezca, pues, si no es confiable, el crecimiento personal no puede tener lugar, o bien resulta distorsionado.
Además, y dado que no hay dos niños que sean exactamente iguales, debemos adaptarnos específicamente a las necesidades de cada uno. Ello significa que quien tenga a su cuidado una criatura debe conocerla y actuar sobre la base de una relación personal y viva con ella, y no basándose en lo que ha aprendido y aplicándolo en forma mecánica.
Por el hecho de estar presentes, confiables y congruentes, proporcionamos una estabilidad que no es rígida, sino viva y humana y eso hace que el niño se sienta seguro, y pueda crecer. Este es el tipo de relación que puede absorber e imitar.
Cuando ofrecemos seguridad hacemos dos cosas a la vez.
A)    Por un lado, y gracias a nuestra ayuda, el niño está a salvo de lo inesperado, de innumerables intrusiones desagradables y de un mundo que no conoce ni comprende,
B)    Por otro, lo protegemos de sus propios impulsos y de los efectos de esos impulsos.
Es innecesario señalar que los niños muy pequeños no pueden prescindir de nuestros cuidados ni manejarse por su cuenta. Necesitan que los sostengan, que los lleven de un lado a otro, que los laven, los alimenten, los mantengan a la temperatura adecuada y los protejan de las corrientes de aire y los golpes. Necesitan que alguien haga frente a sus impulsos y nos necesitan para que su espontaneidad tenga sentido. En esta temprana etapa las cosas no son muy difíciles porque, en la mayoría de los casos, el niño cuenta con una madre que, durante un tiempo, se ocupa casi exclusivamente de las necesidades de su hijo. Durante este período el niño está protegido. Cuando una madre tiene éxito en esta etapa, el resultado puede ser un niño cuyas dificultades corresponden realmente a la vida y a los conflictos inherentes a los sentimientos vivos, y no a los choques con el mundo. Así, en la mayoría de las circunstancias satisfactorias, en la seguridad del cuidado que se le proporciona al niño, éste comienza a llevar una vida personal e individual.
Muy pronto los niños empiezan a defenderse de la inseguridad, pero durante las primeras semanas y meses, están muy débilmente establecidos como personas y, si carecen de apoyo, los factores adversos distorsionan su desarrollo. El niño que ha conocido la seguridad en esa temprana infancia comienza a abrigar la expectativa de que no "le fallarán". Frustraciones, sí, eso es inevitable, pero que le fallen, eso no.
Lo que nos interesa aquí es qué ocurre cuando se establece en el niño un sentimiento de seguridad. Pienso que se inicia entonces una prolongada lucha contra la seguridad, esto es, la que proporciona el medio. Después del período inicial de protección, la madre permite gradualmente que el mundo haga su aparición, y el niño pequeño aprovecha ahora cada nueva oportunidad para la libre expresión y la acción impulsiva. Esta guerra contra la seguridad y los controles continúa durante toda la infancia, a pesar de lo cual los controles siguen siendo necesarios. Los padres siguen estando listos con sus medidas disciplinarias, con sus muros de piedra y sus barrotes de hierro, pero, en la medida en que saben cómo es cada uno de sus hijos y les preocupa su evolución como personas, aceptan de buen grado el desafío de los niños. Continúan actuando como custodios de la paz, pero saben que habrá desobediencia e incluso revolución. Por fortuna, en la mayoría de los casos tanto los niños como los padres encuentran algún alivio para esta situación en la esfera de la imaginación y el juego, y a través de las experiencias culturales. Con el correr del tiempo, y si son sanos, los niños se vuelven capaces de conservar un sentimiento de seguridad frente al peligro manifiesto, como sucede cuando un progenitor se enferma o muere, cuando alguien se comporta mal o cuando un hogar se desintegra por un motivo o por otro.
LA NECESIDAD DE PONER A PRUEBA LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD
Los niños necesitan comprobar constantemente si pueden seguir confiando en sus padres, y estas pruebas continúan a veces hasta que los niños ya están en condiciones de ofrecer protección a sus propios hijos, y aun después. Los adolescentes, en particular, ponen a prueba todas las medidas de seguridad y todas las reglas y reglamentos. Así, habitualmente sucede que los niños aceptan la seguridad como un supuesto básico; creen en el cuidado paterno y materno porque lo han conocido. Abrigan un sentimiento de seguridad que se ve continuamente reforzado por las pruebas a que someten a sus padres y a sus familias, a sus maestros y amigos, y a todas las personas que conocen. Habiendo comprobado que llaves y cerrojos están realmente echados, proceden a forzarlos. Lo hacen una y otra vez, o bien se quedan acurrucados en la cama, escuchando discos con canciones tristes y sintiéndose totalmente inútiles.
¿Por qué los adolescentes en particular hacen estas pruebas?
Ello parece deberse sobre todo a que experimentan sentimientos intensos y atemorizantemente nuevos, y quieren estar seguros de que los controles externos no han desaparecido. Pero, al mismo tiempo, deben demostrarse que pueden .liberarse de esos controles y afirmarse como individuos.
Los niños sanos necesitan a su alrededor personas que sigan conservando el control, pero deben ser personas hacia las que sea posible experimentar amor y odio, rebeldía y dependencia; los controles mecánicos resultan inútiles, y el temor nunca es un buen motivo para la obediencia. Siempre es la relación viva entre las personas lo que permite el verdadero crecimiento, el cual gradualmente, con el correr del tiempo, hace que el niño o el adolescente adquiera un sentido adulto de la responsabilidad, sobre todo en lo concerniente a proporcionar seguridad a los niños de la nueva generación.
Esto es lo que hacen los artistas creadores de todo tipo. Cumplen una función muy valiosa para nosotros, porque crean( valores creativos)  constantemente nuevas formas y las abandonan, pero sólo para crear otras nuevas. Los artistas nos permiten mantenernos vivos, cuando las experiencias de la vida real amenazan con destruir nuestra sensación de estar vivos y de ser reales. Más que cualquier otro individuo, el artista nos recuerda que la lucha entre nuestros impulsos y el sentimiento de seguridad, ambos vitales para nosotros, es una lucha eterna que tiene lugar en el interior de cada uno de nosotros mientras alienta la vida.
Así, pues, los niños sanos desarrollan suficiente confianza en sí mismos y en las otras personas como para odiar los controles externos de todo tipo, pues ahora éstos se han transformado en autocontrol. En tales circunstancias, el conflicto se resuelve por anticipado dentro de la persona.
Por consiguiente, esta es mi manera de ver las cosas: las circunstancias favorables en las etapas  tempranas conducen a un sentimiento de seguridad, y éste, al autocontrol que, cuando se constituye en un hecho, hace que la seguridad impuesta sea un insulto.